sábado, 3 de enero de 2009

Escuelas Taller: ¿Sólo para combatir la Crisis?

Con un índice de fracaso escolar de más del 4o%, España se ha convertido gracias a las confusas políticas educativas de todos los anteriores gobiernos españoles y a una pésima planificación de la vida escolar, en uno de los países que menos formación ofrecen a sus jóvenes. A tenor del dato anterior, nos encontramos ante un panorama patético, a la cola de Europa intelectualmente y a punto de ser absorbidos por el "coche escoba" del analfabetismo, si me permitís el símil con aquel ciclista que sufre una tremenda pájara.

Pero no es el fracaso escolar el único obstáculo que debemos superar, hoy primeros días de Enero, debemos estar rozando la espeluznante cifra de los 3,2 millones de parados. A raíz de este dato recuerdo la célebre frase del secretario de empleo del gobierno español, D. Antonio Gónzalez, en la cual hacía referencia a lo obsoleto que se había quedado el programa de Escuelas Taller, Casas de Oficio y Talleres de Empleo. De deficiente cuato menos, podemos catalogar la visión de futuro que tiene este señor.

El programa de ETCOTE no sólo no está obsoleto, sino que deberían ustedes ir pensando la mejor forma de mantenerlo, mediante la puesta en marcha de su profesionalización. ¿Qué sentido tiene mejorar los programas de Formación Profesional Reglada si una gran parte de los alumnos, debido al fracaso escolar, no pueden acceder a ella?. Para ello se han inventado los programas PCPI, que serán, si no me equivoco, otro gran fracaso, más de los mismo. Los Programas de Cualificación Profesional Inicial, no son más que un parche que tapa el fracaso del sistema educativo actual.

Y visto todo lo anterior, observemos; las escuelas taller , casas de oficio y talleres de empleo que están iniciando proyecto se están encontrado con cambios considerables en el perfil del alumnado. Al no haber trabajo, los jóvenes desempleados acuden a nuestros centros en busca de mayor formación-tal y como ocurría hace más de 20 años- , conocimientos que no tenían y necesitaban para haberse podido mantener en sus puestos de trabajo en época de crisis, y no nos engañemos, de un sueldo que les protega del desempleo ante el dubitativo periodo al que nos enfrentamos.

Añadamos estos datos publicado por el economista, España es el único país donde el número de menores de 25 años con empleo ha disminuido ininterrumpidamente en los últimos 8 trimestres (un 8,4% menos en términos interanuales), mientras paralelamente se incrementaba la ocupación de adultos. Por primera vez en 14 años el saldo de esas pérdidas y ganancias de empleo ha sido negativo, las previsiones indican que la evolución de España volverá a ser la más desfavorable, pues experimentará los mayores recortes de empleo tanto en menores de 25 años, con una pérdida interanual de 91.000 empleos (contracción de un 4,9%); como en personas adultas que cederán 149.000 ocupaciones (retroceso interanual de un 0,8%).

La tasa de paro juvenil alcanzará un 27,5%, porcentaje que no se observa desde el primer trimestre de 2000. La de los adultos subirá 3,1 puntos porcentuales hasta un 11,4%, lo que constituirá el resultado más adverso en una década.

El Gobierno se vuelca ahora dando más dinero para este tipo de formación en alternancia con el empleo, es más los cita una y otra vez, como si fueran por sí solos la solución a la grave situación del desempleo. Es el momento de que reconsidere su posición respecto a las ETCOTES y piense en que estos Programas son algo más que el lugar a donde mandar a los desempleados en tiempos de crisis, o el emplazamiento donde acoger a aquellas personas que no caben en otro sitio en tiempos de bonanza económica, como aquellos invididuos con graves problemas de inserción social o los inmigrantes -por otra parte colectivos que terminan en el lugar inadecuado, al menos mientras no cambie la filosofía y la infraestructura docente de los centros del programa etcote.

Aprovechen la oportunidad que les brinda este único e irrepetible Programa de Formación, para disminuir las cifras de parados, resolver los problemas derivados del fracaso escolar, reconducir profesionalmente a personas cuyo oficio parece tener fecha de caducidad, incrementar la formación de aquellas personas que pese a su falta de preparación, sí podían disfrutar antes de un puesto de trabajo y para "colocar" a aquellas personas que no tienen cabida en otro sitio, pero no se olviden de trabajar para conseguir la mejora de las Escuelas Taller, las Casas de Oficio y los Talleres de Empleo, que además de ayudarles en tan arduas tareas como las comentadas anteriormente, les ayudará a seguir conservando nuestro patrimonio histórico, artístico y natural a través de sus intervenciones mediante la realización de diferentes proyectos.

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