La Timidez de los árboles.-

Después del concepto de modelo arquitectural, quería presentar el concepto de reiteración del modelo (o repetición si así lo prefieren). 
El mecanismo de la reiteración fué descrito por un botánico holandés, Roelof OLDEMAN en 1974. Para entender cómo funciona, lo mejor es mirar a la distancia entre los meristemos que construyen el árbol.

En las raíces y vástagos jovenes, la distancia entre el meristemo terminal y los meristemos laterales, es corta, los meristemos están muy próximos. En este caso de distancia corta -algunos centimetros no más-, los meristemos se relacionan unos con otros, aparece una jerarquía entre ellos y, por eso, funcionan de una manera coordinada. Así, se construye una arquitectura coordinada, lo que se llama un modelo.


En árboles de grupos antiguos, Helechos arbóreos, Cycas, Araucaria, Palmeras, Ceiba o Árbol de la nuez de Moscada (Miristicáceas), la jerarquía entre los meristemos nunca se rompe. Durante toda la vida, estos árboles quedan arquitecturalmente unitarios.

Árboles unitarios son pocos. En el caso general, cuando aumenta la distancia entre los meristemos, se rompe la jerarquía y cada uno de los meristemos se vuelve libre, si se me permite la expresión: Libertad!. La consecuencia es que cada uno de los meristemos funciona como el meristemo de una semilla durante la germinación, construyendo un nuevo árbol. Por el mecanismo de la reiteración, un árbol unitario puede volverse en un árbol colonial. Entonces, en este punto, nos encontramos frente a dos categorías de árboles: unitarios y coloniales.

Fósil de árbol

Como ya se dijo, los árboles unitarios (= sin reiteración) son arcaicos. Muchos árboles fósiles fueron unitarios: Psaronicus, Sigillaria o Lepidodendron. En esas épocas geológicas, la reiteración no estaba inventada todavía. En un árbol unitario, el modelo arquitectural tiene una expresión única, que permanece durante toda la vida. Cualquiera sea su edad, el árbol unitario conserva la misma silueta. Por eso, los árboles unitarios son hermosos y muy utilizados como ornamentales. Pero tienen una limitación: una vida bastante corta, de 2-3 siglos no más.

Lepidodendron



La reiteración es un progreso, es una forma más moderna y más eficaz de crecer, que se ha generalizada a la mayoría de nuestros árboles. El árbol colonial modifica su silueta durante su vida. Agudo cuando joven, esférico cuando adulto. En el árbol viejo de muchas especies, la copa se vuelve plana, con pocas capas de hojas. Con el tiempo, este tipo de árbol se vuelve cada vez más eficaz para captar la energía luminosa: reiterar es un progreso porque significa aumentar la fotosíntesis, y aumentar también la longevidad del árbol. En la Figura, se encuentra una vista más detallada del mecanismo de la reiteración, desde el árbol joven hasta el viejo.




Hablemos ahora sobre las hojas de la reiteración. En árboles como Eucalyptus, Acacia, o el Árbol del Pan (Terap), hay hojas juveniles que generalmente desaperecen del árbol adulto. Este follaje juvenil reaparece en la copa del árbol adulto, en la base de cada reiteración. Eso significa que la reiteración es un árbol entero y completo.

Es importante entender que una reiteración es un árbol pequeño pero entero y completo, con tronco, ramas, hojas y flores. A partir de una yema, este arbolito crece desde el tronco, o encima de una rama, tal como un parásito de tipo muérdago. En castellano se dice «brote» o «chupón», en inglés se llama «sucker» y en francés decimos «gourmand». Todas estas palabras tienen en cuenta el buen apetito del nuevo árbol que crece encima del árbol inicial.

A veces, la biología de la reiteración puede ser extraña. Daré dos ejemplos que están al límite de nuestro conocimiento.


Mi primer ejemplo es la timidez entre árboles vecinos que pertenecen a la misma especie. Eso ocurre en Pináceas, Fagáceas, Mirtáceas y Dipterocarpáceas-Vochysiáceas. Los vecinos nunca se tocan, dejando entre ellos una fisura de timidez. En una copa muy grande, aparece la timidez entre las reiteraciones, tal como entre árboles de la misma especie.

Un último punto con respecto al genoma. En varios árboles, Tejo del Canadá o Hymenolobium de la Amazonia, hay una variación genética dentro de la misma copa, de una reiteración a la otra: la secuencia de nucleotidos del ácido nucléico no es la misma entre reiteraciones vecinas. Sucede así que durante su vida, un árbol colonial acumula en sí mismo, dentro de una misma copa, esta variación genética y, por eso, se vuelve una colonia de genomas.
Extracto del maestro Francis Hallé.


La timidez de la copa de los árboles es un raro fenómeno en el cual cada árbol define un límite en el crecimiento de su copa, lo cual permite una armonía en el dosel forestal que hace que las especies coexistan fuera de competencia. La pregunta es ¿de que modo los árboles son conscientes de los límites de crecimiento entre una copa y otra? una posible respuesta, tiene que ver con la capacidad de intercambio de señales químicas o COVs (Compuestos orgánicos volátiles) la cual les provee a los árboles un sistema de comunicación social en el cual ellos se alertan de la presencia de plagas, enfermedades, estrés ambiental o el simple hecho de delimitar el espacio de crecimiento que pertenece a cada individuo, dejando así la competencia como una alternativa que parece pasar por alto parte de nuestra cosmovisión evolucionista que nos hace pensar que en la naturaleza todo es una lucha por la sobrevivencia del más fuerte.

La timidez parece ser un comportamiento asociado a la reiteración. Quienes han descrito mejor este fenómeno son los afamados botánicos Francis Hallé y Roelof Oldeman.
Escrito por René Villanueva Maldonado.

The World Green of Pablo Esparza ®

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