El docente de Escuela Taller: maestro, jefe, compañero y amigo. (Dedicado a mis alumnos)
Maestro es quien te enseñó a leer y escribir. Maestros son tus profesores y monitores que te enseñan albañilería, jardinería, carpintería, fontanería, etc.
El maestro de verdad, además de enseñar cosas, se convierte para sus alumnos-trabajadores en un guía para la vida laboral y en ocasiones, cada vez más a menudo, también para la social.
El docente se convierte pues, en un amigo sincero y fiel, que guía y orienta para que tú, alumno, te conviertas en persona honesta, trabajadora, leal y alegre al empaparte de conocimientos que ves útiles y que sentarán la base de tu formación para el día de mañana, de los que te das cuenta en el mismo momento de su impartición por tus aplicaciones práticas o trabajo real, (cosa que no ocurre en ningún otro programa de formación).
El docente conoce a sus discípulos, los acoge comprende y anima; incluso cuando debe reprender, sabe hacerlo buscando la fórmula más positiva para que el cambio de ese defecto tenga éxito, con cariño. Se preocupa por sus alumnos y sus cosas, siente sus éxitos y fracasos como si fueran propios de él.
El maestro no te ha dado la vida, no te educa, te forma, sin embrago, como un padre, te va dando día a día su vida, su tiempo, sus conocimientos, su experiencia. Por ti trabaja, trata de defenderte, protegerte y prevenirte contra los peligros que acechan fuera de la Escuela Taller, en la dura realidad de la vida laboral.
Para el docente eres como un hijo.
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