PAISANDISIA, NUEVA AMENAZA PARA LAS PALMERAS


Las palmeras han sido consideradas como los "príncipes" entre las plantas, y de ahí que fueran nombradas de ese modo ("Príncipes") por el gran botánico sueco Carolus Linnaeus, fundador del sistema moderno de nomenclatura botánica binomial. Representan el segundo grupo vegetal en importanciaeconómica, sólo por detrás de las gramíneas, por lo que comunidades humanas enteras de las regiones tropicales y subtropicales dependende ellas para su sustento.

Desde 1994, la variedad de palmeras a disposición de aficionados y coleccionistas ha aumentado espectacularmente, y cada año se cultivan más especies para dichos fines. Ya por el año 1972 J.W. Purseglove exponía que la familia de las palmeras albergaba entre sus especies una de las plantas más altas del mundo (Ceroxylon), la trepadora más larga (Calamus), la hoja más larga
(Raphia), la inflorescencia más grande (Cor ypha) y la más enorme semilla (Lodoicea)de todo el reino vegetal; a lo que hay que añadir que la hoja de Corypha es la más ancha.
En las regiones tropicales viven en todo tipo de hábitats, por diferentes que éstos sean entre sí: desiertos, bosques húmedos, manglares, altas montañas, etc.
También existe una rica variedad de especies que viven en pluvisilvas y selvas tropicales, a la sombra de los grandes ejemplares arbóreos y en un ambiente de gran humedad.
Es muy importante tener presente las apetencias ecológicas de la mayoría de las palmeras: "les gusta tener la cabeza y el cuerpo secos y soleados, y los pies húmedos". Es decir, que prosperan sobre todo en zonas áridas, pero, y esto es lo realmente importante, distribuyéndose por la vaguadas de los arroyos o donde hay corrientes de agua subterránea (CAÑIZO, J.A., 1991).
Las palmeras son una de las especies preferidas y más utilizadas en jardinería en zonas mediterráneas, ya que aportan un exotismo singular al paisaje en general y a cada rincón en particular. La gran demanda de este tipo de plantas, destinadas a lugares sometidos a los más diversos climas españoles, ha provocado la importación de grandes remesas de palmeras, principalmente procedentes de América del Sur y Centroamérica. Muchos de estos lotes no reúnen unas mínimas calidades de salubridad, por lo que los parásitos, que en sus países de origen causan grandes pérdidas en las plantaciones de palmeras, pasan a formar parte de la fauna entomológica española con una facilidad sorprendente.
Cualquier introducción de insectos o artrópodos foráneos perjudiciales para la salud vegetal de las palmeras puede acarrear proble-mas muy serios en aquellos ejemplares que realzan nuestros jardi-nes, parques y avenidas, y lo que es incluso más preocupante, para los escasos ecosistemas de matorrales heliófilos y coscojares termo-mediterráneos que sostienen la única Palmácea ibérica no introducida: el palmito (Chamaerops humilis), endémico del sur de Europa y norte de África.
Lamentablemente, sucesos de este tipo son frecuentes en todo el mundo. Es casi imposible evitar que las importaciones masivas de especies botánicas no traigan consigo sus parásitos naturales.
Para que el lector se haga una idea de la importancia real del asunto, se conocen en el mundo 131 especies de Artrópodos que parasitan a diferentes especies del género Phoenix, que a su vez son las palmeras más cultivadas en el mundo (LEPESME, 1947). La modificación geográfica en la distribución de muchas especies vegetales ha dado lugar a la importación de sus parásitos más destructores.
En España han causado daños muy importantes insectos como el gorgojo de las palmeras (Rhyncho-phorus ferrugineus), sobre todo a especies tan elegantes como la palmera canaria (Phoenix canariensis) y la palmera datilera (Phoenix dactylifera).
En el campo del viverismo y la jardinería, más llamativo resultó, si cabe, la introducción del Lepidóptero per teneciente a la familia Lycaenidae, Cacyreus marshalli, originario de Sudáfrica, cuyas orugas perforan los tallos de los geranios, cortando el flujode savia a los ápices, tras lo cual se necrosan.
Por fortuna, muchos de los parásitos que entran en España en el interior de las plantas importadas no se aclimatan a las nuevas condiciones ambientales, por lo que sucumben antes de representar un serio problema. Sin embargo, unos pocos consiguen adaptarse y, cuando esto sucede, se desencadena toda una serie de acontecimientos cuyos efectos y consecuencias están estrechamente relacionados con la precocidad del diagnóstico y eficacia de las soluciones adoptadas a tal efecto: determinación de la biología y ciclo vital del patógeno, conocimiento de las pautas y comportamientos, daños y riesgos para las plantas huéspedes, puesta en marcha de rigurosas medidas preventivas (profilaxis) y tratamientos específicos sin poner en riesgo la fauna artrópoda beneficiosa.
El caso de la mariposa (Heterócero) de las palmeras (Paysandisia archon)es un ejemplo más de adaptación. La llegada de este voraz depredador, que puede matar grandes ejemplares de una amplia gama de palmeras (dependiendo de la intensidad del ataque), puede provocar grandes pérdidas económicas, paisajísticas, ornamentales y botánicas si no se ponen los mediosprecisos para evitarlo.
Paysandisia archon (Busmeister,1880) per tenece a la familia Castniidae, y es una nueva plaga que procede del nor te de Argentina, Uruguay, Paraguay y sur de Brasil. Las orugas se alimentan de los brotes y hojas jóvenes de un amplio grupo de palmeras, a las que puede provocar graves daños e incluso la muer te. En España se ha comprobado que ataca al
palmito común (Chamaerops humilis), palmera de Chusán (Trachycarpus fortunei), palmera canaria (Phoenix canariensis), palmera datilera (Phoenix dactylifera), palmera de abanico californiana (Washingtonia filifera) y palmera de abanico mexicana (Washingtonia robusta), que son las palmeras más comunes en España, aunque también puede atacar a especies de los géneros Butia, Sabal, Trithrinax, Livistona, entre otros. Por tanto, estamos hablando de una especie muy polífaga.
Aunque se tienen indicios, sin ser conscientes de ello, que la introducción de esta especie de Lepidóptero en el continente europeo tuvo lugar en las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado, la cronología de infestación en Europa y España es la siguiente:
- En 2001 se detecta su presencia en Francia, más concretamente en la localidad de Hyères, y más tarde en otras en las que se habían plantado palmeras de la misma partida infectadas.
- Pocos meses después salta la voz de alarma en algunos viveros de Gerona.
- En 2002, se descubre que varios jardines privados de Sussex (Inglaterra) están infectados por este insecto.
- Este mismo año se declara su presencia en las provincias de Alicante, Valencia y, con más virulencia, en la isla de Mallorca.
- Recientemente se ha conocido que este insecto también está presente en Italia.
Los primeros datos obtenidos de las investigaciones llevadas a cabo concluyen que las orugas de esta especie son minadoras de los troncos de palmeras y capaces de provocar gravísimos daños, incluso la pérdida de la palmera huésped. Durante su largo periodo lar vario, que puede llegar a durar nueve meses, excava profundas y gruesas galerías en el tronco, cogollos y palmas incipientes, con trágicas consecuencias para las palmeras infestadas.
El clima mediterráneo parece ser muy propicio para el desarrollo y proliferación de este Lepidóptero; en cambio, todavía no se dispone de datos fehacientes sobre su adaptación a climas más continentales y, mucho menos, a climas atlánticos del norte de España.

SINTOMATOLOGÍA
Hojas agujereadas y per foradas en forma de abanico. Galerías internas en el tronco taponadas por un conglomerado endurecido de seda, fibra, savia, tejido digerido y excrementos, parecido al serrín. Cogollo arqueado hacia abajo, que puede ser girado fácilmente. Presencia de capullos o exuvios adheridos. Deformaciones en tronco o muerte de las hojas centrales del cogollo.

MÉTODOS DE CONTROL
A diferencia de lo que sucede con los árboles, que poseen millares de meristemos o yemas durmientes presentes por todo el fuste y ramas, las palmeras sólo tienen un único meristemo o yema, que se localiza en el ápice y se denomina yema apical, "cogollo" o "palmito". En el caso de los árboles, la supresión de ramas, ápices o cualquier parte de la planta no supone ningún problema que no se pueda solucionar, ya que otros meristemos se estimularán, y de durmientes pasarán a estar activos y desarrollarse, restituyendo, en más o menos tiempo, las partes perdidas. Sin embargo, las palmeras, por muy altas o gruesas que sean, si pierde el ápice ­o ápices en el caso de especies y ejemplares multicaules­ están abocadas a una lenta y agónica muerte; por ello es tan importante el perfecto estado de los mismos. El control de este insecto, y su posterior eliminación del territorio nacional donde aparece, pasa por una exhaustiva inspección de la totalidad de las palmeras, exigencia del pasapor te fitosanitario de los nuevos lotes de palmeras importados, cumplimiento riguroso del proceso de cuarentena y la normativa fitosanitaria, así como saber el destino último de estas palmeras.
En el caso de ataque: localización inmediata de los pies afectados para su inmediato tratamiento o eliminación y extremar las medidas de profilaxis. Al ser un insecto per forador, la eficacia de los tratamientos fitosanitarios con productos químicos todavía está por comprobarse y es muy pronto para saber cuáles son o pueden ser sus enemigos naturales, si es que los tiene. Aun así, en el caso de localización de este Lepidóptero, se debe llamar urgentemente a los ser vicios de control de plagas de la Comunidad Autónoma correspondiente.
En Francia, este parásito se ha incluido recientemente en la lista de los organismos nocivos sometidos a las medidas de control obligatorias.
Es muy importante destacar que en España existen hábitats donde los palmitos son la especie más importante.
Tal sucede en muchas zonas mediterráneas, como por ejemplo en el Paraje de "El Desierto de las Palmas"en Benicassim (Castellón), por lo que se debe prestar especial atención a esta naturaleza, única en Europa.
También un enclave muy impor tante y emblemático, entre otros muchos en la zona mediterránea, es el Palmeral de Elche, paisaje cultural heredado de remotos antepasados y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el 30 de noviembre de 2000.
En octubre de 2004, MATINSA, la empresa adjudicataria del mantenimiento de algunas de las Rondas de Barcelona, encomendó verificar el estado fitosanitario de casi un millar de palmeras que engalanan las medianas de algunos accesos a la Ciudad Condal. Lo sorprendente fue comprobar que ninguna palmera presentaba ataques serios producidos por insectos, ya que el verdadero problema, al que sin duda se debía su lamentable estado vegetativo y consiguiente preocupación y desvelo institucional, era un erróneo manejo de la copa de estas palmeras. Una mala ejecución de las podas, como quedó reflejado en el informe que se redactó en su día, puede provocar un debilitamiento progresivo e incluso llegar a ocasionar la muer te de los pies. Si las palmeras están debilitadas, son mucho más vulnerables a contraer parásitos. Todo ello entra a formar parte de los tratamientos preventivos de cualquier estrategia protectora contra los numerosos agentes patógenos.
En estos últimos tiempos, muchos problemas que se suscitan y que superan con una facilidad pasmosa las fronteras internacionales sólo parecen importar cuando ya es demasiado tarde y el intruso ha entrado en nuestra "casa". En estos casos, las medidas deben coordinarse, como mínimo, a nivel nacional, y no haciendo la "guerra" cada uno por su lado.
Los insectos, como el resto de fauna y flora, nunca han entendido ni entienden de divisiones administrativas. La Naturaleza se establece donde puede y no donde los seres humanos queremos. Nunca debe perderse la transmisión de información entre técnicos y científicos, independientemente del lugar donde trabajen o investiguen.

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