¡Se consumó el fiasco!, el nivel del bachiller por los suelos.
- La veracidad de los conocimientos adquiridos por los alumnos.
- La credibilidad de las evaluaciones docentes, ya que las han condicionado.
Por tanto, el abandono escolar se producirá más tarde, a menos de que metan la mano también en el acceso a la universidad. ¡Qué no me extrañaría!.
Se rebaja la exigencia adaptando la educación a las exigencias del alumno, cuando el sentido común indica que debería ser al revés. Otro ladrillo en la pared.
Deberíamos preguntar a los responsables de estos cambios educativos, que por cierto no son docentes, si ellos pondrían en un futuro la salud de los suyos o la responsabilidad de grandes obras en infraestucturas (el ave por ejemplo), en manos de alumnos que hoy cursan este bachillerato deformado. ¿verdad que no?. Arrieros somos y en el camino nos encontraremos.
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