Picudo Rojo: Destrucción o Tratamiento de la Palmera (Saneamiento Mécanico)

Hace un par de años, cuando la plaga del Picudo Rojo (Rinchophorus ferrugineus) empezaba a ser desgraciadamente conocida por los jardineros (aunque su origen data de 2004 en la Comunidad Valenciana), se propuso por parte de Sanidad Vegetal el abatimiento de todos los ejemplares afectados. Hoy por hoy, como ya hemos venido contando en este Cuaderno de Campo, el problema es de tales dimensiones que este protocolo ha podido quedar obsoleto. En muchos municipios de la Comunidad es más frecuente ver Picudos volando que abejas o avispas. ¡Increíble!.

Miles de estípites sin hojas, de nuestras queridas palmeras, nos muestran el dramático efecto que les ha causado el gorgojo: la muerte.

Revisando los protocolos de actuación ante este insecto que se han establecido en diferentes comunidades autónomas, nos encontramos con diversas propuestas. Lo que más llama la atención es que si bien en nuestra comunidad se sigue apostando por el abatimiento de los ejemplares afectados, en otras como la andaluza o la catalana, parece que se deja una puerta abierta a la destrucción sólo de la parte afectada de la palmera, no se inclinan por el abatimiento total de la misma.

Un día un reconocido técnico que ocupa un importante lugar de trabajo, me comentó que debía ser yo mismo con mis pruebas, quién diera con el protocolo de actuación correcta y que de esta forma encontraría cual o cuales eran los métodos más efectivos. Con los tratamientos fitosanitarios y las podas correctas hemos conseguido de momento librar nuestras palmeras de la muerte.

El abatimiento de los ejemplares afectados ha podido ser solución cuando la plaga no se había consolidado en nuestras tierras, pero hoy por hoy, con miles de ejemplares particulares muertos desde hace años, otros tantos infestados y que todavía se mantienen en pié y por los que nadie intercederá, parece ser un sin sentido no pelear por salvar las poquitas palmeras que están libres del gorgojo. Incluso también debemos dedicar un esfuerzo a aquellas que presentan ataques en primeras fases. Son recuperables incluso sólo con los tratamientos fitosanitarios.

He podido comprobar que los ataques del Picudo son diferentes, unas veces atacan la valona lateralmente, otras el insecto entra directo hacia el corazón de la palmera, en este caso la palmera estará gravemente dañada. Pero como hemos comentado, los efectos son diferentes, dependiendo de la ubicación del ataque. He podido ver, que en las primeras etapas de estos ataques laterales, con una pequeña limpieza de la zona afectada sin dañar el tronco de la misma y ejecutada dicha operación por un profesional palmerero, no sirve cualquier persona y siguiendo con los tratamientos cada 30 días con imidacloprid, tanto al suelo como a la base de las hojas y la corona, la plaga se puede llegar a eliminar y aparecer nuevas hojas sanas. También he visto palmeras con las hojas comidas, que después de tratar con productos fitosanitarios, han vuelto a brotar hojas nuevas sin el daño. Esperemos que los protocolos se unifiquen.

También es cierto que si el ataque es muy intenso y llegamos tarde, es probable que la palmera muera. El ciudadano de calle, en general, no quiere realizar una inversión en su palmera y seguramente la dejará morir. Claro que lo que no se le cuenta al particular, es que realizar el abatimiento de la palmera, si no se ha caído antes, entera o a trozos, que podría ocurrir, también le puede salir bastante caro tanto desde el punto de vista económico como en los posibles daños personales o materiales. Mientras tanto si se abate, como si no se hace, si se trata o como si no se trata, el resto de palmeras corren peligro de ser contagiadas.

Dejar como la última opción el abatimiento completo del ejemplar, no ha sido lo que normalmente nos habían contado, aunque sí que proponen otras comunidades en las nuevas órdenes o los borradores de las mismas que han llegado a mis manos. documento.

Esta opción de curación de las palmeras se va a poner en práctica por parte de la Estación Phoenix de Elche, para salvaguardar el palmeral de Tánger, así como sus Oasis, que arriba aparece en la fotografía.

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