Escuelas Taller, nuevos perfiles de alumno.


"Debemos cambiar el ritmo. La exigencia debe ser si cabe mayor. En nuestras manos está conseguir la empleabilidad de estos jóvenes, teniendo en cuenta la exigencia del mercado laboral, que aparta a aquellos que no disponen de las mejores cualidades".

Hace unos meses comentábamos la tendencia de cambio en el perfil del alumno que se acerca a las Escuelas Taller. Una vez confirmado dicho proceso, ahora es el momento de analizar cual es el panorama que se nos presenta a los docentes, así de paso que la experiencia pueda servir para los nuevos compañeros que se presentan a estas tareas.

Los últimos años, han sido las Escuelas Taller lugar de acogida para alumnos procedentes de servicios sociales. A este colectivo se asocia una baja autoestima de los jóvenes, continuos conflictos relacionados tanto con el docente como con otros compañeros, problemas que se arrastran desde casa (familas desestructuradas), consumo de drogas y un sin fin de experiencias complicadas, con las que hemos tenido que convivir hasta hace bien poco. Por si todo lo anteriormente comentado no fuera suficiente, todos hemos tenido como alumnos a personas discapacitadas, sin estar preparado para ello ni el programa, ni los docentes que participamos en ellos, especialmente cuando estas discapacidades se producían en el factor psíquico de los alumnos.

Pero cambió la tendencia, la crisis económica que afecta al país nos abre un nuevo panorama. Los proyectos se llenan de alumnos y cada vez son más las demandas de ingreso en la Escuela que no pueden ser atendidas al no contar con plazas disponibles. Mientras tanto se van creando nuevos grupos de funcionamiento. Enseguida nos damos cuenta de que esto ha cambiado. Los alumnos poseen mayor edad, una media de 22 tengo yo, cuando antes era de 17. Estos nuevos alumnos poseen más aptitudes, tienen una mayor actitud en general, tampoco es que sea excepcional esta, pero contamos con un importante dato que se puede convertir en un as en nuestra manga, estos jóvenes en su gran mayoría ya han trabajado.

Procedentes de diferentes empresas, estos jóvenes han sido los primeros en saborear la amargura del paro, como consecuencia de ello y acostumbrados al dinero en el bolsillo, estos alumnos optan por participar en una Escuela Taller, es la vía de salvación que les proporcionará unos ingresos que necesitan. Pero hay más, al encontrarse desamparados ante el empleo, estos alumnos se dieron cuenta de que con la escasa formación que tenían, como mucho el graduado, no era suficiente para mantener y no digamos ya conseguir, un puesto de trabajo tal y como se presenta el futuro en el mercado laboral.

Con este nuevo panorama los docentes contamos con una serie de ventajas, vamos a poder conseguir unos objetivos más altos. Pero debemos cambiar el ritmo. La exigencia debe ser si cabe mayor. En nuestras manos está conseguir la empleabilidad de estos jóvenes, cualidad que perdieron con la exigencia del mercado que aparta primero a aquellos que no disponen de las suficientes cualidades.

Por ello aprovecho esta entrada para recordar a mis alumnos la importancia de los aspectos personales que deben aprender a cambiar en la Escuela Taller. Las nuevas destrezas y habilidades, tanto personales como laborales que deben adquirir y mantener para ser competitivos en el mercado laboral.

  • Afán de superación. No limitarse a lo que hay que hacer, ser ambicioso y conseguir metas más altas. Y un ejemplo, reuniendo condiciones, poned de vuestra parte para superar lo que se os exige. Tanto en el trabajo como en la formación teórica.
  • Trabajo en equipo: Un trabajador será prescindible si no consigue esta habilidad. En una empresa, más de jardinería, cuenta lo que hace un grupo de trabajo y se da menor importancia a los objetivos individuales conseguidos. ¿Sabéis de lo que os hablo, verdad?.
  • Compañerismo. Es un fallo importante que las relaciones entre algunos de los componentes de un grupo no sea cordial. En una empresa se mirará con lupa este aspecto y como consecuencia volveréis a ser los primeros en quedaros en la calle.
  • Por último recordar esta frase, más se valora que ayudéis al compañero que os necesita que terminéis vuestro trabajo, lo cual será consecuencia de lo primero.
  • Mientras realizas una crítica a un compañero por su trabajo, estás descuidando también el tuyo. Ya sabéis, dime de que presumes y te diré de que careces.
Espero que estas lineas os hagan reflexionar y que podamos conseguir mejorar estos aspectos que enturbian vuestro gran quehacer diario en la escuela.

Comentarios

  1. Actualmente es impensable la actividad laboral productiva sin un trabajo en equipo .

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