Escuelas taller, una alternativa socioformativa imprescindible.

Como agentes dinamizadores de las políticas activas, las escuelas taller ya no son sólo una opción, sino una alternativa socioformativa cada vez más imprescindible.

Leo atentamente las cifras de desempleo, seguidamente leo el índice de pobreza en España, me hecho a temblar. Estamos ante una sociedad hundida a la que tenemos que rescatar. Siempre he pensado que lo importante en la sociedad son las personas.
Ayer caminaba por la ciudad a media mañana, muchos son los jóvenes que ví en el parque. Me pregunté, ¿que hacen estos chicos aquí?. No trabajan, no estudian, son parte de la generación perdida, aquella  que la crisis está matando. Es lamentable, estas personas antes tenían cabida en el mercado de trabajo por la explosión de la  construcción, que absorbía a millares de jóvenes sin formación ni ocupación, ahora la sociedad los aparta de una patada en el trasero y los envía a un parque a fumar hierba, la poca que puedan comprar con la paga de los abuelos, porque a los padres no creo que les llegue para eso. Mal camino cuando decidimos que las personas interesan menos que la prima de riesgo.


Terrible panorama, miles de despidos en las empresas de gente de mediana edad, que la reforma laboral facilita despedir a buen precio, para ingresar, los que no cierran, a gente más jóven con más formación  y con menos derechos laborales y salariales. Esta es la verdad, aunque duela. Pero nuestros jóvenes con pocos estudios o aquellos millares que no concluyeron los mismos, están abocados a la exclusión social, miento ya están excluidos, y a estos si que hay que rescatarlos.

Las medidas que se han empezado a tomar no responden a la necesidad de estos jóvenes. Las empresas no  quieren a esta gente y no nos engañemos, en un ciclo formativo tampoco. Algunos pocos, los menos, volvieron a estudiar, los demás continúan su camino a la deriva. Quiero recordar que el índice de fracaso escolar en la Comunidad Valenciana es del 39,7% y el paro juvenil cercano al 60%, se me ponen los pelos de punta. Como agentes dinamizadores de las políticas activas, las escuelas taller ya no son sólo una opción, sino una alternativa socioformativa cada vez más imprescindible.

En efecto, esta alternativa para este colectivo, se llaman Escuelas Taller. Un programa con una larga y dilatada experiencia en atención a este colectivo, aunque ahora formamos personas de cualquier perfil, que cuenta con un éxito en la inserción social impresionante y hasta hace bien poco, en un mercado de trabajo normal una inserción profesional cercano al 85%. Ojo, estamos hablando de trabajar con colectivos diversos, inmigrantes, fracaso escolar, familias desestructuradas... Esto redunda aún más el éxito del programa.

Todos sabemos que ha cambiado el entorno, no hay trabajo y no hay dinero en las administraciones, o eso al menos nos dicen. ¿Qué hacemos?: Cambiar.
Los profesionales de Escuelas Taller sabemos el camino para volver al éxito, sabemos como podemos adaptarnos a los nuevos tiempos en los que tenemos que aprovechar al máximo los pocos recursos de los que se disponen. Tan sólo necesitamos que nos escuchen sobre cúal es nuestro proyecto de cambio, nuestro proyecto de mejora, eficacia y rentabilidad.
Proponemos ser más eficientes, llegar a más gente, hacer más con menos y ser una alternativa real a la formación profesional reglada, para aquellos que no sirven para formarse con las reglas estándar, pero sí que valen para aprender trabajando, bajo la tutela de un profesional de la formación ocupacional.


Disponemos de los lugares y las herramientas adecuadas para la impartición de nuestra forma de aprender, de nuestra forma de enseñar, que es la misma que fomentó el Maestro Perídis en aquellos años 80, "aprender haciendo". Esa formación que ahora está tan de moda, el famoso modelo alemán, lo llevamos ejerciendo nosotros desde entonces, exportándo el aprender trabajando, lejos de nuestras fronteras.
De estos jóvenes sin futuro nos vamos a encargar nosotros, porque estos jóvenes sí quieren aprender trabajando y dejarán la calle para encontrar un futuro con nosotros, sólo falta la predisposición de la administración a nuestros cambios, que sin más dilación y de manera personal paso a redactar. Son medidas que se me ocurren y me gustaría debatir, con más compañeros, algunas ideas no son mías, pero las adopto propias, me convencen, por ejemplo a través de la recién estrenada Plataforma para la Defensa de las Escuelas Taller de la Comunidad Valenciana.

  • Acortar la duración de los programas a 18 meses.
  • Permitir realizar prácticas modulares en empresas, bajo tutela del docente, durante la formación. Más conocimiento del alumno, más inserción.
  • Aprovechar al máximo los materiales, herramientas y maquinaria invertidos.
  • Valorar económicamente los trabajos reales que se realizan para el promotor.
  • Conseguir financiación externa por medio de trabajos.
  • Orientar la formación a la creación de nuevas empresas, (autoempleo), introduciendo nuevos módulos que faciliten la puesta en marcha de las mismas.
  • Crear una cartera de clientes y moldear la formación del alumnado según las necesidades intrínsecas de las mismas.
  • Cambiar la dotación económica a los alumnos-trabajadores, creando un fondo final para fomentar el autoempleo al final del programa formativo.
  • Realizar un estudio de mercado minucioso y real.
  • Certificar la formación con un valor real. Competencias.
  • Elevar la edad máxima hasta los 30 años, en vez de 25.........

El cambio es fuente de muchas cosas diversidad en tu vida, acercamientos a la originalidad en tus acciones, nuevas posibilidades en tu vida, autodescubrimiento, ampliar horizontes y perspectiva mental, nuevos retos...

Me parece que tenemos más que ganar con el cambio que perder. Aunque claro, eso lo tiene que ver cada uno. Sin embargo, sigo encontrándome organizaciones ancladas en lo cotidiano. Ajenas al entorno, parapetadas en su agonía homogénea. Y es ahí donde se dan los mayores cataclismos.

¿Qué podemos hacer para potenciar más el cambio? Si en realidad no se es consciente y no se ven esos hilos invisibles que nos atrapan a nuestros hábitos, ¿cómo superarlos?

Este es el verdadero reto de cada uno de nosotros, no hay respuestas, sólo tus respuestas, es aquí donde tú intervienes en esta entrada, es tu respuesta la que puede comenzar a hacer brotar una fuente de cambio que no sospechabas. Sólo tú puedes hacerlo, está en ti. Así que yo me retiro y me voy a ver si me cambio.

Fuentes:http://roberto-luna.blogspot.com.es. 90milciudadanos.

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