La Figura del Tutor de Empresa en Formación Profesional.-
Todos hemos oído hablar de la actividad que se supone acabará con la lacra del desempleo juvenil, la formación dual. Es cierto que es indispensable la puesta en marcha de mecanismos que consigan reducir una tasa cercana al 60% en la desocupación de nuestros jóvenes, es prácticamente imposible para ellos conseguir su primer empleo.
Para ello se ha creado la idea de que los jóvenes estudiantes puedan alternar los estudios, con el trabajo en forma de prácticas "remuneradas" en la empresa. actividad que la cual están surgiendo muchas quejas, como ejemplo podéis visitar el link anterior. Una idea fabulosa y novedosa copiada del modelo alemán, dicen ellos. Pero esta nueva práctica, la cual ha suscitado muchas quejas por parte de los jóvenes no es nueva, al contrario, se lleva ejecutando desde hace mucho tiempo en España y además se hacía de las dos maneras diferentes, con resultados dispares que a continuación expongo:
1.- Las prácticas no remuneradas en empresa de los ciclos formativos y de los cursos de formación para el empleo. En esta opción los alumnos no cobraban. En esta actividad los alumnos acudían a una empresa y allí se supone que recibían la formación práctica necesaria para completar la teoría recibida, todo ello bajo la supuesta tutela de un tutor de empresa. Como podéis comprobar es algo parecido a la idea que se quiere poner en marcha bajo el nombre de formación dual, tal vez de menor cantidad de horas y por supuesto sin que ello pudiera ser objeto de cobro.
Mi opinión personal sobre estas prácticas, basada en los cursos que he impartido dentro de la modalidad de formación para el empleo es muy crítica. La importancia de estas prácticas en empresa es que el alumno aprendiera trabajando bajo la supervisión directa de un tutor, es decir de un experto en la materia a impartir con conocimientos de metodología docente, es decir un profesional que supiera transmitir de manera correcta al alumno aquellas habilidades y destrezas que necesitaba aprender.
¿Porqué mi opinión es crítica? Mi experiencia me lleva a la conclusión de que han sido pocas las veces que se han desarrollado de manera correcta, el alumno acudía a la empresa y realizaba tareas diferentes, no siempre basadas en el desarrollo formativo y muchas veces sin la supervisión directa del tutor.
¿Pero porqué el tutor no estaba presente en el desarrollo de las prácticas en ocasiones? Porque no se ha tomado en serio el aspecto formativo y se utilizaba al alumno en beneficio de la empresa, anteponiendo las necesidades de trabajo que las relativas a la formación del alumno. Y aquellos que se suponían que ejercían de tutores, tenían demasiado trabajo como para encargarse de la supervisión directa de las prácticas del alumno. Es por ello que mi opinión es negativa, esta basada en hechos contrastados y me hace pensar que se repetirá en el nuevo modelo de formación dual que se quiere imponer. Lo cual repercutirá negativamente tanto en el nivel formativo adquirido por el alumno, como en sus posibilidades de inserción laboral.
Para poner en práctica esta idea la colaboración empresarial es imprescindible y esto requiere de un gran esfuerzo y sobre todo de creer en que las aportaciones hacia el alumno repercutirán positívamente en la empresa. Hoy en día en España esta forma de pensar no existe más que en alguna empresa grande, por contra en la pequeña y mediana empresa es inviable, tanto por falta de capital económico, como por falta de capital humano. Es decir no hay tutores preparados profesionalmente en la empresa para recibir a estos alumnos.
En Alemania existen más de 200.000 tutores empresariales repartidos entre estos centros de formación dual, en España también existen estos profesionales expertos, pero hasta ahora han venido ejerciendo su labor en la siguiente modalidad de formación que voy a exponer a continuación:
2.- Las prácticas combinadas con estudios y trabajo real que se han desarrollado desde hace 25 años en los centros llamados Escuelas Taller, Casas de Oficio y en el caso de mayores de 25 años Talleres de Empleo. En esta opción los alumnos si que cobraban por la parte de trabajo real que desarrollaban. Eran contratados por entes promotores, en su mayoría entidades locales, ayuntamientos, es por ello que este programa formativo se encuentra en parada casi total. Con los recortes sufridos y al ser programas que necesitan de inversión económica hoy en día se encuentran al borde del abismo y con ellos también los expertos en materia profesional y docente que hasta antes de la crisis habían insertado profesionalmente a más del 80% de los alumnos participantes y que son tan echados en falta en la formación dual que al principio del artículo os comentaba.
La misión de estos tutores en el programa de escuelas taller es formar al alumno desde el aspecto teórico y práctico, ejecutando después un trabajo real basado en los conocimientos, habilidades y destrezas adquiridas bajo la formación teorico-práctica recibida. Cada tutor se encarga de formar un pequeño grupo de alumnos de manera exclusiva siendo el resultado una formación profesional exquisita y muy rentable. Además se añadía una preparación personal y social del alumno, para cuando se produjera su acceso al puesto de trabajo, inculcando al alumno los valores necesarios para ello.
Se ha intentado por parte del colectivo remodelar el programa para hacerlo más viable, pero al menos de momento no se quiere tocar y nuestra manera de pensar es que el motivo es únicamente económico. Si yo no puedo formar, que lo hagan las empresas deben pensar nuestros gobernantes. Pero con esta idea macabra nos dejamos por el camino a un montón de profesionales que son necesarios para la formación dual y dejamos en la estacada a muchos jóvenes que se podrían seguir preparando para su acceso al mundo laboral, tanto en forma de colocación en una empresa, como de autoemplearse y que sin la mediación de este programa quedan excluidos de un futuro prometedor.
Esperemos que esta reflexión sirva para que las administraciones se den cuenta de la importancia de la figura del tutor en la empresa y de que existen más alternativas en la formación para el empleo para intentar rebajar estas desesperantes cifras de desempleo juvenil y por supuesto que sigan de cerca a esta copiada FP Dual, para que no se convierta en un aprovechamiento empresarial del alumno, quedando su formación relegada por la ambición empresarial, montando una red de expertos profesionales y docentes capaces de llevar a buen puerto esta iniciativa.
Espero vuestras aportaciones.
Los buenos profesores son caros; pero los malos, lo son todavía más. Bob Talbert
Hola Pablo, amen a toda tu reflexión, has puesto la guinda a tu artículo con la frase de Bob Talbert, efectivamente lo caro es un mal profesor.
ResponderEliminar¿Cuando se darán cuenta los cabeza-sabios de este problema?.
Saludos.
Gracias colega, no se cuando se darán cuenta de algo tan sencillo como optimizar los recursos humanos disponibles en la formación de los jóvenes, pero espero que no tarden demasiado. La Formación Profesional está al alza y como tal hay que tratarla. Un saludo.
ResponderEliminarEsto es lo más viejo del mundo. La persona experta enseña al nuevo las tareas y cómo afrontarlas en base a su experiencia previa. Los ingleses lo llaman COUCHING & COUNCELLING,pero en nuestro idioma es simplemente MAESTRO
ResponderEliminarHola Buenos días, el artículo hace referencia a la labor del tutor, la importancia de su figura, esa que se está obviando en la nueva formación profesional dual y en el apartado de prácticas en empresa de la formación para el empleo. Gracias por participar activamente.
ResponderEliminarPablo, totalmente de acuerdo con tus palabras. Las prácticas de empresa, normalmente han sido una merienda de negros, por la falta de supervisar por parte de tutores. Que absurdo obviar las cosas que funcionan y continuar con las que la experiencia ha demostrado que no funcionan. Del personal que formamos las etcote, ni te digo... simplemente no merecemos ni saber si tenemos o no futuro. Un beso y como siempre, gracias por tu blog. Marisa.
ResponderEliminaryo creo que se nos había olvidado en España, la figura del tutor como eje de conexión entre la juventud y la experiencia en los procesos formativos.
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