Los Árboles de Chernobyl.-

Chernobyl será recordado siempre por el accidente de la central ucraniana en el 86 y que puso al mundo en vilo, es así mismo considerado uno de los desastres medioambientales más importantes de nuestra era. Los altísimos niveles de radiación alcanzados provocaron que un bosque de pinos de 4 kilómetros cuadrados cercano a la planta se volviera de color marrón-rojizo y muriera, dejando un paisaje desolado dentro del área de exclusión.

Si pensáramos que en el mundo existe un bosque de pinos en el cual, y a causa de la intensa contaminación, sus árboles se tornaron de color rojo, inmediatamente creeríamos que es una historia de ficción o un cuento. Pero no, el Bosque Rojo es algo tristemente muy real. Ubicado en el centro de la planta nuclear de Chernobyl, el mismo es un parche de 10 km2 cuyos árboles, tras absorber una intensa dosis de radiación, se tornaron de color rojizo y amarillento. El problema no fue causado por el desastre original, sino porque en el mismo se enterraron parte de los restos de la planta nuclear y desechos altamente contaminados de la zona. Estos desechos, gradualmente inutilizaron las capas subterráneas, y cambiaron el área natural en el que es hoy en día considerado como el bosque peor contaminado del mundo. 

Este bosque es uno de los puntos más contaminados del mundo y pocos se atreven a penetrar en él. Los ‘liquidadores’, operadores que por entonces se encargaron de los trabajos de contención, llevaron a cabo tareas de limpieza talando los árboles más dañados, que fueron enterrados en zanjas. Lo sorprendente es que la evacuación humana ha hecho proliferar la vida salvaje, y la biodiversidad del bosque rojo ha crecido extraordinariamente.

No obstante, no sólo el color de las plantas es anormal. Sino que varias de las mismas germinan con mutaciones y formas realmente llamativas. El mayor de éstos problemas es el gigantismo, por lo que es posible observar pinos doblados y casi derribados cuyas ramas son incluso más gruesas que su tronco principal. 

Un informe, publicado en la revista Trees, es el primero que se realiza a gran escala sobre el impacto medioambiental de la radiación y según sus conclusiones, los árboles jóvenes fueron los más afectados.

"Nuestros resultados coinciden con estudios anteriores que estaban basados en muestras mucho más pequeñas", explica Tim Mousseau, investigador de la Universidad de Carolina del Sur, en Estados Unidos. "También coinciden con muchos estudios sobre el impacto genético en estos árboles", agrega Moussau, en conversación con la BBC.

"Muchos de estos árboles muestran el crecimiento de formaciones nudosas anormales que reflejan los efectos de mutaciones y muerte de células como resultado de la exposición a la radiación".

Mousseau viene realizando estudios en el terreno desde 1999 en el área de exclusión de 30km alrededor del lugar de la explosión de 1986, y sostiene que esta es la primera vez que se realiza una investigación de esta magnitud: se analizaron más de 100 pinos silvestres en 12 localizaciones. "Hubo un estudio similar anterior, pero sólo abarcó un total de nueve árboles y se centraba más en la estructura de la madera que en su crecimiento", explica el investigador.

Fuentes: Greenpeace, Revista Trees, BBC Mundo.

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